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GENOVA

Si tenemos que enumerar los puertos más importantes de toda Italia, tendremos que hablar forzosamente de Génova, capital de la provincia de Génova, y ciudad natal del descubridor Cristóbal Colón.  Situada entre el mar de Liguria y los Apeninos, históricamente ha sido un punto vital para las conexiones con el resto de Europa y con el resto del mundo a través de su puerto.

Hoy en día sigue teniendo ese aire comercial, con su gran puerto comercial y pesquero, mientras que las calles son un reflejo del esplendor italiano y mantienen ese fulgor comercial.


Una de las visitas que ningún turista debe perderse en la ciudad es la Catedral de San Lorenzo, que comenzó a construirse hace unos 900 años, aunque tardaron bastantes años en acabarla, lo que hace que podamos diferenciar distintos estilos arquitectónicos en ella. Aunque lo más destacable es la imponente fachada protegida por estatuas de leones, una de las curiosidades que alberga dentro es un misil que lanzaron los ingleses durante la Segunda Guerra Mundial, y que se quedó encajado en una columna y nunca llegó a detonar. Se mantiene allí a modo de símbolo sobre cómo la iglesia está protegida contra el mal.


Bajo la catedral se encuentra el Museo del Tesoro que muestra una amplia colección de joyas de la Iglesia, y varias reliquias, como los supuestos restos de la Última Cena o la bandeja sobre la que se ofreció la cabeza de San Juan Bautista.


Aunque suene algo tétrico, una de sus joyas, no tan turística pero de gran valor artístico es el monumental cementerio de Staglieno, una de las necrópolis más grandes de Europa, y donde podremos ver algunas lápidas de una belleza inusitada.


En Génova podemos ver diversas iglesias, como San Agustín, o como la iglesia de San Donato, o la iglesia de San Andrea con una de las puertas más antiguas de la ciudad, pero de todas ellas, otra que destaca mucho por su estilo barroco es la Basílica de la Santísima Anunciación del Vastato, cuyas capillas están decoradas con algunos de los mejores frescos de la ciudad, en especial, los de la cúpula central.

Fuera del ámbito religioso, uno de sus más famosos reclamos turísticos es el Palacio Ducal de Génova. Se construyó hace casi 800 años como residencia oficial de los Dogos o Duques que eran los máximos dirigentes de la República de Génova. Hoy alberga diversas exposiciones y utiliza para celebrar eventos culturales.

Al lado está el teatro Carlo Felice, que es a su vez la Casa de la Ópera de Génova. 

El centro de la ciudad es otra de las maravillas que nadie puede perderse. También llamado Strade Nuove o Via Garibaldi, el centro histórico de la ciudad nos transporta a la época de mayor esplendor de la República de Génova. En este distrito podemos encontrar gran cantidad de palacios como el Palacio Rojo, el Palacio Blanco, o el Palacio Real, la mayoría de ellos convertidos hoy en diversos museos.

Ya en el puerto, tenemos la Torre della Lanterna, el antiguo faro que hoy es el símbolo de la ciudad. Y en el Porto Antico, tenemos uno de los sitios más turísticos de Génova es el Aquarium, que es uno de los más grandes de Europa. Además, el Porto Antico es una de las zonas donde podemos encontrar más ocio como bares, restaurantes y tiendas. Allí está el Bigo, una especie de ascensor que nos dará unas estupendas vistas panorámicas de la ciudad.

Nadie puede abandonar la ciudad sin probar algún plato de pasta con la famosísima salsa “pesto a la genovesa”, sería imperdonable.

CURIOSIDADES DE SAVONA

 


Primero, una curiosidad acerca de este ciudad, o mejor dicho, acerca de su nombre. En francés jabón se escribe savon, palabra muy parecida a Savona. Y es curioso saber que a la ciudad se le atribuye en el honor de haber inventado el jabón sólido, para beneficio de la humanidad.

Anécdotas aparte, la ciudad de Savona se encuentra en la provincia del mismo nombre a menos de 50 kilómetros de Génova, y en la costa noroeste de Italia. A la zona costera donde se encuentra la ciudad se la denomina Riviera delle Palme, un lugar muy turístico. La población actual supera los 60.000 habitantes sin contar las municipalidades o pueblos de alrededor que pertenecen a su área metropolitana.

Por la ciudad pasa el río Letimbro y dos autopistas que facilitan la comunicación con el resto de Italia y la vecina Francia. Posee uno de los más importantes puertos de la región, solo detrás del de Génova y La Spezia. En el enclave marítimo recalan numerosos cruceros, lo que convierten a la ciudad en un punto de conexión marítima con el resto del Mediterráneo y otras ciudades del mundo. Su red ferroviaria es moderna y se comunica con a oeste con la zona norte de Italia y, al sur, con Francia.

A todos los equipamientos turísticos hay que añadir la calidad de sus playas que han obtenido la Bandera Azul durante los años 2002 y 2007 y ha supuesto un gran reclamo para el turismo de playa y so.

En cuanto a la historia de Savona, esta hunde sus raíces en épocas anteriores a Roma, incluso a Cartago, siendo el pueblo de los Ligures Sabacios, en la época del neolítico europeo, quienes dominaban la zona junto al sudeste francés. Ya superada la protohistoria, llegaron los celtas y más adelante los Cartagineses, que se alió con Savona. El pueblo de los Latinos, uno de los que fundarían Roma junto a los Estruscos, acabó dominando la zona que finalmente fue anexionada a la Roma Republicana en el 180 a.C. dándole el nombre a la ciudad de Savo Oppidum Alpinun.

Con la llegada de los pueblos bárbaros, la zona quedó dominada, en principio por los Lombardos, para luego ser anexionada por los Francos ya bajo el dominio de Carlomagno, en el silo VIII y XIX. Sarracenos, siglos después se hicieron con la ciudad, que finalmente quedó libre para el siglo XII y se alió con la República de Génova. Durante este periodo, su puerto compitió con el de Génova convirtiéndose en uno de los más importantes del mediterráneo occidental. En el Renacimiento, su nombre se popularizó por ser cuna de varios Papas, uno de ellos, Julio II, fue mecenas de Miguel Angel y Rafael. La ciudad, durante la época napoleónica paso a manos de Francia hasta la caída de Napoleón que volvió a la República de Génova, para luego ser integrada en Italia, tras la unificación del país por Garibaldi.

Como Savona es una ciudad antigua aunque revitalizada en los últimos años, pues posee, diferentes formas de disfrutarla. Se puede elegir el descanso en un hotel en alguna de las playas famosas por su calidad; también podemos hacer una ruta más cultural, visitando los monumentos y sitios arqueológicos de Savona, o combinar ambas opciones.


En cuanto a los monumentos, hay que destacar uno, que es el símbolo oficial de la ciudad: la Torretta en la Plaza de León Pancaldo, junto al puerto, que se construyó en el siglo XIV para luego, un siglo después, darle el nombre de este importantísimo navegante de la ciudad que viajó junto a Magallanes en la aventura de circunnavegar la tierra. Otra obra arquitectónica que no hay que perderse es la Capilla de Sixtina de Savona, al día de hoy en su mayor esplendor, y después de la de Roma, es la única construcción religiosa de este tipo. Otra catedral como la dell’Assunta y otros santuarios e iglesias, hace de Savona una ciudad muy interesante para el turismo religioso. Tampoco hemos de perdernos distintas torres antiguas repartidas por la ciudad.


Junto al mar existe una fortaleza construida en los tiempos de esplendor de la República de Genova, hacia 1542, y que se denomina el Priamar o Piedra en torno al mar. Es una fortaleza imponente de grandes y altos muros, que desde cierta perspectiva se parece a la muralla que se ve en Pamplona cuando entramos en la ciudad. Además, se pueden visitar las tripas de la muralla e imaginarse como se organizaban las tropas defensivas en el interior.


Y de lo antiguo, se puede pasar a lo moderno y visitar el barrio más vanguardista de la ciudad en torno al puerto. Los edificios, muy acristalados y metálicos le dan un pequeño toque futurista y sobre todo, contrastan enormemente con el resto de la ciudad.

En cuanto a la gastronomía, estamos en Italia, por lo que la oferta es rica, variada y de calidad. En concreto la cocina de Savona es una mezcla de pescado y productos de la tierra como carne, verduras y hortalizas, además del omnipresente aceite de oliva. Por probar, podemos degustar el Salami o salchichón de pescado, la botarga o morcilla y la mojama de atún. También poseen varios tipos de queso y sobre todo una importante bodega de vinos con varias denominaciones de origen propias de la zona. Una importante oferta de comida mediterránea y europea.

Y decíamos al principio del artículo las buenas conexiones en torno al transporte de la ciudad, por lo que, llegados al Aeropuerto Internacional de Génova, llegar a Savona es sencillo y rápida, vía tren, coche o autobús. No olvidar la afluencia de cruceros que recalan en la ciudad, por lo que también se puede llegar a la ciudad de una forma más romántica.